Principales métodos para hacer un injerto de hueso.
En los últimos posts hemos abordado algunas de las técnicas que empleamos en aquellos procesos de implantología que resultan especialmente complejos. Seguro que te has percatado que el denominador común de casi todos ellos es la falta de hueso para que el implante pueda anclarse, algo que nos lleva a utilizar unos recursos u otros en función de cada paciente.
En muchas ocasiones, es necesario realizar un injerto de hueso y, por ese motivo, hoy queremos recopilar en este artículo algunos de los métodos más habituales para llevarlo a cabo, especialmente cuando la cantidad del hueso alveolar es muy escasa.
Existen varios métodos para realizar injertos óseos y la elección del procedimiento depende de factores como la extensión de la pérdida ósea, la ubicación del implante y la salud general del paciente. A continuación, te contamos los principales métodos de injerto óseo, junto con sus indicaciones, ventajas y limitaciones.
¿De qué formas se puede realizar un injerto de hueso en implantología?
1.- Injerto autólogo en bloque
El injerto en bloque consiste en la transferencia de un fragmento sólido de hueso, generalmente autólogo, es decir, tomado del propio paciente. Este tipo de injerto se obtiene frecuentemente de áreas como la mandíbula (mentón o rama mandibular) o la cresta ilíaca. Una vez que se obtiene el bloque óseo, se adapta a la región receptora donde se fija mediante tornillos. Este método es especialmente útil en casos de defectos óseos importantes, ya que permite restaurar tanto la altura como el grosor del hueso alveolar.
Ventajas:
- El uso de hueso autólogo reduce el riesgo de rechazo o infección.
- Proporciona un gran volumen óseo para defectos significativos.
Limitaciones:
- Procedimiento quirúrgico adicional para la obtención del injerto.
- Posibilidad de morbilidad en el sitio donante, como dolor o parestesia.
2.- Injerto de partículas óseas
Este método de injerto de hueso emplea hueso triturado en partículas, que puede ser autólogo, alógeno (de donante humano), xenógeno (de origen animal) o aloplástico (materiales sintéticos). Las partículas óseas se colocan en el defecto óseo y se compactan para promover la osteointegración. Este tipo de injerto se suele utilizar en defectos más pequeños o como complemento de otros procedimientos, como la elevación del seno maxilar.
Ventajas:
- Menos invasivo que el injerto en bloque.
- Menos morbilidad en el sitio donante si se usa hueso autólogo.
Limitaciones:
- Riesgo de reabsorción del injerto, especialmente si no se utiliza hueso autólogo.
- Puede requerir el uso de membranas de barrera para evitar la migración de las partículas.
3.- Elevación del seno maxilar
La elevación del seno maxilar es un procedimiento específico para aumentar la altura ósea en la región posterior del maxilar superior como ya te hemos explicado. Se accede al seno maxilar a través de una ventana lateral en la pared ósea, se eleva la membrana sinusal y se coloca el material de injerto en el espacio creado. Este procedimiento es esencial cuando la altura ósea residual es insuficiente para la colocación de implantes en la región molar o premolar superior.
Ventajas:
- Aumenta significativamente la altura ósea en el maxilar superior posterior.
- Posibilidad de combinar con otros materiales de injerto para mejorar los resultados.
Limitaciones:
- Riesgo de perforación de la membrana sinusal.
- Requiere un tiempo de cicatrización prolongado antes de la colocación del implante.
4.- Distracción osteogénica
Otra forma de abordar un injerto de hueso para proceder a colocar implantes dentales es la distracción osteogénica. Se trata de un método más reciente que se utiliza para aumentar el volumen óseo mediante la elongación gradual del hueso existente. Este procedimiento implica la realización de una osteotomía en la zona afectada y la colocación de un dispositivo que permite la separación controlada de los segmentos óseos. A medida que se separan, el espacio se rellena con hueso nuevo.
Ventajas:
- Permite la generación de hueso nuevo en lugar de depender de injertos.
- Puede ser útil en casos de atrofia ósea severa.
Limitaciones:
- Es un procedimiento más complejo y prolongado.
- Requiere un control postoperatorio estricto para asegurar la correcta formación de hueso.
5.- Regeneración ósea mediante la técnica del encofrado
La técnica del encofrado implica la creación de un «marco» o «encofrado» utilizando láminas delgadas de hueso cortical autólogo, generalmente obtenidas de la mandíbula del propio paciente. Estas láminas se fijan alrededor del defecto óseo, formando un compartimento que se rellena con partículas óseas o hueso esponjoso. Este encofrado actúa como una barrera natural, manteniendo el espacio y protegiendo el injerto durante el proceso de osteogénesis.
Ventajas:
- Al utilizar hueso autólogo, se mejora la integración del injerto con el hueso nativo, favoreciendo una osteogénesis más eficiente.
- Proporciona una regeneración ósea predecible y estable a largo plazo, con menos riesgo de reabsorción del injerto en comparación con otros métodos.
Limitaciones:
- La regeneración ósea mediante esta técnica puede requerir un período de cicatrización más prolongado antes de que se pueda proceder con la colocación del implante.
- Aunque el encofrado protege el injerto, existe el riesgo de exposición de las láminas si no se maneja adecuadamente el tejido blando, lo que podría comprometer el resultado.
Los métodos para realizar un injerto de hueso son variados y la elección de uno u otro depende de un análisis de las condiciones clínicas del paciente y de los requisitos específicos del implante. El objetivo es proporcionar una base ósea adecuada que permita la correcta osteointegración. ¿Has perdido alguna pieza dental? Si es así, nuestro consejo es que siempre acudas a una clínica que cuente con una unidad especializada en procesos de implantología. Es justo lo que te espera si reservas cita con nuestro dentista en Los Boliches.